sábado, 2 de abril de 2011

ACTUALIZACION SOBRE CRÍA DEL CARACOL EN URUGUAY al año 2017


Introducción:
Dado el auge que ha tenido en nuestro País durante los últimos años la cría del caracol de tierra, consideramos de orden encarar en forma científica el tema. En este breve resumen, intentaremos trasmitir algo de nuestras experiencias de más de quince años de investigación y validación de técnicas realizadas en nuestro país, referentes a la cría del Helix aspersa actualmente denominado Cryptomphalus aspersa. Pretendemos además, interiorizar brevemente a todos aquellos que por una u otra razón hayan decidido encarar esta actividad, tratando de plantear en una forma realista, sin generar falsas expectativas la posibilidad de dedicarse a esta antigua zootecnia que es la “helicicultura”.

Helicicultura:
Podemos definir la helicicultura como la zootecnia que estudia la cría del caracol de tierra. Su nombre surge de término Helix, ya que las especies más conocidas que se comenzaron a criar pertenecían a dicho género (Helix pomatia, Helix aspersa , Helix aperta y Helix lucorum). Cabe aclarar que por zootecnia entendemos toda actividad tendiente a la cría de un animal del cual pretendemos obtener la mejor calidad y el mayor beneficio, tratando de disminuir al máximo los costos.

Algo de historia:
La utilización del caracol como alimento se remonta al Paleolítico, se han encontrado acúmulos de caparazones de helícidos en grutas del norte de Africa, conformando montículos llamados “escargotiers” de 10 a 200 metros de largo por 1,5 de altura, constituídos por restos de C. aspersa, H. melanostoma, H. constantina y H. Albea. Los restos culinarios encontrados en diversos reductos habitados, demostraron que los caracoles constituyeron la base de la alimentación de viejas civilizaciones.

La Helicicultura como tal, comenzó en la antigua Roma; siendo Fulvius Hirpinus el primero en establecer una granja helicícola, denominada "Cochlearium vivaria", hace aproximadamente 2000 años. Hirpinus, diseñó instalaciones en sitios sombreados, frescos, húmedos y cerrados, con un sistema de humidificación. Desde esa época el caracol comenzó a considerarse como un plato sumamente delicado. Varios siglos después, el consumo del caracol dejó de ser exclusividad de griegos y romanos, llegando a ocupar alrededor del año 1850, un lugar privilegiado en las costumbres gastronómicas de franceses, alemanes y españoles. Pero sus cualidades no se limitaron solamente al área gastronómica, sino que ocupó un sitio preponderante en la farmacopea. Se consideraba como infalible para contener hemorragias y tenía una acción eficaz en la hidropesía, contra la gota y hasta podía curar la hernia.

En la actualidad, se utilizan algunos extractos en cosmética y farmacología. Hasta mediados del siglo XX, los caracoles que se consumían eran simplemente recolectados de la naturaleza, pero la captura indiscriminada, el uso abusivo de plaguicidas y herbicidas disminuyó sensiblemente la población de los helícidos europeos, comenzando en la década de los ’60, las primeras experiencias de cría en cautiverio, bajo diferentes condiciones.

La helicicultura está en estos momentos en vías de desarrollo en casi todo el mundo, tratando de maximizar las técnicas para hacer esta zootecnia cada vez más rentable. Se ha detectado en los últimos años un gran interés en el tema a nivel de América del Sur, como una producción alternativa, tal vez debido a la crisis económica mundial.

Especies de interés zootécnico y alimentario:

Existen muchas especies, siendo las descritas a continuación las más utilizadas: 
Cryptomphalus aspersa, caracol común, italiano, de jardín o “petit gris”, de 20 a 40 mm de alto y 25 a 45 mm de ancho, parduzco con franjas oscuras transversales en la línea de sutura.
Helix pomatia, caracol de Borgoña, de las viñas, gros-blanc, de 30 a 50 mm de alto y 30 a 50 de ancho, rojizo-grisáceo con 3 a 5 franjas transversales.
Helix lucorum, caracol turco, de 30 a 45 mm de alto y 40 a 50 mm de ancho, castaño o marrón con 5 franjas de color más intenso.
Otala lactea, caracol español, de arena, de 15 a 40 mm de alto y 25 a 35 mm de ancho. Blanco rosáceo, con algunas franjas marrones espiraladas.
Achatina sp., caracol gigante africano, caparazón alargado de hasta 50mm de alto y 200 mm de largo. Marrón grisáceo con franjas gruesas y oscuras. Puestas numerosas y huevos de color amarillento.

fotografía gentileza Prof. I. Agudo Patrón

Cryptomphalus aspersa

De todas estas, sólo C. aspersa y Otala lactea se encuentran en el Uruguay donde fueron ingresados por los inmigrantes europeos, hace aproximadamente 150 años. A su vez zootecnicamente hablando, la más importante de ambas es el C. aspersa, dada su rusticidad y capacidad de poder ser criada en cautiverio. Su peso promedio es de 10 gramos, pudiendo variar entre 5 y 15 g. Este caracol es ni más ni menos que el que encontramos en nuestros jardines y quintas comiéndonos los mejores brotes de las plantitas.

Antes de referirnos a su cría vamos a encarar el estudio biológico del animal, ya que el conocimiento de su anatomía y fisiología, nos van a aportar datos que serán sumamente útiles, cuando nos enfrentemos a diversos problemas en el criadero. Sobre este item podemos resumir: Externamente se diferencian claramente tres partes: caparazón, cabeza y pie. El caparazón le otorga cierta defensa contra los predadores y frente a condiciones climáticas adversas. Está constituído en un 98% de minerales, en su mayor parte carbonato de calcio y un 2% de proteínas entre las que predomina la conquiolina. No existe unión entre la concha y el cuerpo. Se forma a expensas de unas glándulas ubicadas en el borde del manto. El borde del caparazón se denomina peristoma, cuando el caracol está creciendo este es delgado y sumamente frágil. Al terminar el crecimiento, el peristoma se da vuelta y retuerce proyectándose al exterior. Es lo que llamamos “labio” del caparazón y lo que nos indica que el animal concluyó su crecimiento. Podemos encontrar en la literatura el termino caracol “bordeado” como sinónimo de adulto. Es importante recalcar que luego de “bordear” el animal no va a crecer más. En el caso de rupturas en la concha, si estas no son de mucha entidad, el animal a expensas de las glándulas del manto las puede reparar. Puede presentar diversas coloraciones que pueden ir desde el amarillo hasta el marrón oscuro. En la cabeza podemos encontrar dos tentáculos superiores, en cuyos extremos aparecen los ojos, un par de tentáculos inferiores, más pequeños que utiliza como órganos táctiles, la boca y por último el orificio genital, ubicado detrás de la base del tentáculo superior derecho. El pie es una masa musculosa alargada y cuya función principal es el desplazamiento. Para moverse secreta un moco que le permite moverse sobre diversas superficies sin sufrir lesiones.

Morfología interna:
Aparato circulatorio: La sangre del caracol se llama hemolinfa y es un líquido incoloro, que se vuelve azul cuando entra en contacto con el oxígeno. No existe red capilar somática, esta es sustituida por lagunas en donde la sangre se vuelve venosa. La hemolinfa llega por medio de venas aferentes a la red capilar pulmonar, donde se oxigena y se convierte en arterial y por medio de venas eferentes se dirige al corazón. Este está en el saco visceral, posee una aurícula y un ventrículo que empujan la hemolinfa en la aorta, la que al subdividirse en diversas ramas, la distribuyen por todo el cuerpo.

Aparato respiratorio: El caracol posee dos tipos de respiración, una a través de la piel y otra por el seudo-pulmón o cavidad paleal, que se comunica al exterior por un orificio llamado neumostoma.

Aparato excretor: Posee un solo riñón de color amarillento, situado entre el corazón y el intestino. Su canal excretor desemboca en la cavidad paleal junto al ano.

Aparato nervioso: Posee un sistema nervioso central y un sistema simpático. El central está constituido por un conjunto de pares ganglionares localizados en la cabeza, alrededor del esófago. El sistema simpático inerva el aparato digestivo.

Aparato digestivo: Comienza en la boca, se continúa con el bulbo bucal, provisto de la rádula, luego faringe, esófago, un estómago rodeado por dos glándulas salivales que desembocan en el bulbo bucal, un intestino en forma de U que desemboca en el neumostoma. Como glándulas anexas se encuentra el hepatopáncreas, que proporciona enzimas para la digestión. Desemboca por un conducto entre el estómago y el intestino.

Reproducción: Es un animal hermafrodita insuficiente, desempeñando cada individuo, alternativamente o a un mismo tiempo la función de macho y de hembra. Posee una glándula, llamada glándula hermafrodita u ovotestis, capaz de producir simultáneamente óvulos y espermatozoides. Aunque son hermafroditas, no se produce la autofecundación, (deben acoplarse unos con otros, haciendo cada animal de macho y de hembra a la vez). La época de apareamiento comienza generalmente en primavera y se puede extender hasta muy avanzado el verano, e inclusive en los primeros meses de otoño. La gestación dura unos quince días, después de los cuales el caracol pone en uno o dos días de 70 a 100 huevos. Estos miden de 2 a 4 mm y son de un color blanco grisáceo, tienen un aspecto gelatinoso y son depositados en pequeños montones, en la tierra y debajo de hojas secas, de musgo o en las grietas de las rocas, casi siempre en lugares húmedos. El tiempo de incubación es de alrededor de 30 días, variando con la humedad y la temperatura. La eclosión de los huevos se produce en la noche.

Los sentidos poseen una distribución diferente a los animales que conocemos habitualmente. El tacto está representado por corpúsculos mayormente ubicados en los tentáculos, en particular los menores, los labios y borde del pie. La vista es más que nada fotorreceptora, con muy poco poder visual. Los ojos se encuentran en los extremos de los tentáculos mayores.

El caracol desarrolla tres ritmos de vida: a) Ritmo de vida activa, cuando se desplaza para alimentarse. b) Ritmo de vida semi-disminuido de verano, también conocido como estivación, cuando duerme en su caparazón, durante los períodos de sequía y c) Ritmo de vida disminuido, en invierno cuando se producen grandes fríos (hibernación).

La hibernación permite al animal sobrevivir en condiciones adversas, consiste en disminuir su metabolismo. Para entrar en ese estado el caracol envía señales desde su sistema nervioso al resto del organismo. Estas señales son enviadas cuando disminuye la temperatura (por debajo de 5ºC) o cuando aumenta (por encima de 25ºC), cuando no hay alimento o cuando la humedad es muy baja. Está en discusión la influencia del fotoperíodo. Aún en condiciones totalmente controladas el caracol debe hibernar, ya que de no hacerlo algunas de sus funciones vitales comienzan a alterarse. Antes de epifragmar, el caracol ayuna, realizando así una autopurga, vaciando su tubo digestivo de sustancias que pudieran fermentar y provocar patologías. Para hibernar comienza produciendo un moco a expensas de las glándulas que se encuentran en el pie, con un contenido alto en calcio, que se endurece al contacto con el aire formando así el epifragma, membrana que lo aísla parcialmente de medio externo. Esta membrana es permeable a los gases, permitiendo el ingreso de oxígeno. En Uruguay los animales adultos hibernan entre los meses de junio y setiembre. Hemos comprobado que en ese lapso se produce alrededor de un 12% de mortalidad. Durante ese tiempo se nutren de glucógeno acumulado en el hepatopáncreas y pierden entre un 20 a un 30% de su peso corporal.

El caracol posee numerosos enemigos, entre ellos podemos destacar en Uruguay: las comadrejas, los hurones, las ratas, los ratones, las aves en general y los benteveos en particular , los lagartos, las culebras, los sapos y ranas, algunas moscas y carábidos y las babosas.

Como todo animal posee patologías, al igual que los mamíferos y aves, pueden sufrir de parasitosis, micosis, enfermedades virales, bacterianas, alimentarias y genéticas. 

Dentro de las parasitosis caben destacar: las acarosis debidas en particular a Ricardoella limacum: Acaro trombidiforme de la familia Ereynetidae, de color blanco, de unos 0.3mm, 6 patas en estado larvario y 8 patas en las ninfas y adultos. Es hematófago alimentándose de la hemolinfa del caracol, absorbiéndola de los vasos sanguíneos de la cavidad paleal. Cumplen casi todo su ciclo en dicha cavidad, pero pueden movilizarse rápidamente por todo el cuerpo del animal y trasladarse a otros. Ovopositan en cavidad paleal y ya desde el estado larval es hematófago. En parasitaciones superiores a 100 ácaros por caracol el animal muere de anemia. El período de máxima actividad en Uruguay es entre Noviembre y Febrero. Los tratamientos pueden ser variados: Acaricidas (ivermectinas), Piretroides, Naturales (orgánicos) ajo, cebolla, estivación inducida. Es importante considerar que a mayor concentración biótica mayor grado de parasitación.

Pueden existir también parasitaciones debidas a tremátodos: el caracol puede ser huésped intermediario de Brachylaemidae y Dicrocelium lanceolatum y D. dendriticum, cuyos esporocistos pueden comprimir órganos produciendo de esta manera una castración parasitaria. Existen también varios nematodos que pueden afectar a los helícidos, ente ellos podemos destacar Metaestrongílidos como Rhabditis gracicaudata, Allionema appendiculatum, Angiostoma aspersae, Angiostoma helicis y Nemhelix bakeri. También se encuentra el Angiostrongylus cantonensis que es el único parásito del caracol descrito que se puede transmitir al humano, atacando al sistema nervioso central, provocando una meningitis eosinofílica. Para tranquilidad nuestra es endémico de Hawai y muchas islas del Pacífico, Vietnam, Tailandia, Taiwán, Filipinas, Malasia e Indonesia. Se describe también el A. Costarricencis que muchos autores consideran el mismo A. Cantonensis, el que existe en Costa Rica, Honduras, El Salvador y norte de Brasil, a pesar que con el tema del recalientamiento global ha avanzado hacia el sur y ya se han diagnosticado casos en el estado de Rio Grande do Sul.

Dentro de las patologías bacterianas se destacan las Seudomoniasis y las Aeromoniasis. 

Las patologías micóticas se deben a hongos de los géneros Fusarium, Verticillium y Aspergillus. 

En las nutricionales se destacan el enanismo y alteraciones del caparazón por ingesta insuficiente de calcio. 

Mientras que en las patologías genéticas son las más relevantes el enanismo genético y las hernias genitales.

El crecimiento del caracol es relativamente rápido, llegando al estado de adulto entre el sexto y noveno mes en condiciones óptimas de cría, o alrededor del año en la vida silvestre . La vida del caracol se puede prolongar hasta los 9 años.

Sistemas de cría del caracol:

Se pueden utilizar gran variedad de métodos de cría. Entre ellos podemos destacar:

a) Cría durante parte del ciclo vital: Este consiste en recoger animales jóvenes , encerrarlos en cercados y alimentarlos con repollos, lechugas, nabos, etc. y suplementar con calcio, hasta el invierno, época en la que son colectados para su comercialización o consumo.
b) Cría durante todo el ciclo vital:
En este sistema los caracoles se reproducen en la propia granja helicícola y se venden cuando alcanzan un tamaño de comercialización. Esto correspondería propiamente a lo que se denomina helicicultura.

Los criaderos pueden ser al aire libre o bajo techo, pudiéndose combinar ambos, estableciendo así un sistema mixto, con las primeras fases bajo techo y el engorde al aire libre. Cabe aclarar que utilizamos el término cría al aire libre y no cría extensiva como otros autores, ya que consideramos que la extensiva, así como en el ganado criado en campo natural, tendría su equivalente en los caracoles criados en un jardín o en un baldío. En las explotaciones al aire libre se realizan plantaciones para que los caracoles se alimenten, por tanto dentro de las clasificaciones correspondería a un tipo de cría intensiva, como lo es la cría en condiciones controladas.

Explotación al aire libre:
Este tipo de explotación requiere una serie de condiciones: una tierra buena, ligeramente calcárea y con buen drenaje; refugios naturales o artificiales que permitan al caracol resguardarse de las inclemencias climáticas y de los predadores; cercados para evitar la entrada de predadores y la salida de los caracoles.

Existen los más variados tipos de caracoleras y dispositivos antifuga. Estos van desde cercos de madera, con una tela de mosquitero o media sombra de unos 10 centímetros de ancho, clavada en el extremo superior de la valla y doblada hacia adentro de la caracolera, hasta cercas realizadas con chapas de acero inoxidable con un sistema eléctrico antifuga. Es necesario además dotar al criadero con un sistema de riego, para aportar agua en las noches, asegurando así la actividad nocturna de los animales.

Existe una densidad máxima de caracoles por metro cuadrado, esta se sitúa alrededor de los 100 animales. La alimentación se puede efectuar con: alimento natural, alimento cultivado o raciones balanceadas o combinando las tres.

Para que este sistema sea rentable, se debe pensar en una superficie mínima de cría de una hectárea, en las que se podrían producir en condiciones favorables, unas 6 toneladas/año. Para alcanzar esta producción es imprescindible disponer de más alimento que el que crece en los recintos. La conversión (o sea kilogramos de comida necesarios para obtener 1 kg de caracol) es: utilizando vegetales verdes de 10 a 1 y utilizando raciones balanceadas de entre 2,5 a 1 ó de 3 a 1.

Explotación bajo condiciones controladas:

En este caso los animales son criados en instalaciones bajo techo, con condiciones de temperatura, luz y humedad controladas y con alimentación a base de concentrados. Generalmente se construyen tres áreas netamente definidas: a) de reproducción, b) de incubación y primera fase de cría y c) la de engorde.

a) Área de reproducción: En esta área se disponen los animales en “bandejas de cría”, en las que caben aproximadamente unos 2000 animales. En ella se disponen comederos, bebederos y potes de puesta. Se mantienen en condiciones de luz, humedad y temperatura constante y se alimentan a base de raciones balanceadas. Periódicamente se colectan los huevos de los potes de puesta y se trasladan al área de incubación.

b) Área de Incubación y 1ra. Fase de cría:
Los huevos son incubados en pequeños potes a temperatura y humedad controladas. Cuando los caracolitos eclosionan, son trasladados a cajas o módulos donde se les suministrarán raciones balanceadas y se mantienen en ellos hasta que lleguen a los 2 o 3 g.

c) Área de Engorde: Los animales se mantienen también en condiciones controladas de humedad, temperatura y luz, alimentados con raciones, hasta llegar al peso de comercialización (mayor a 8g).

Utilizando este sistema, se lleva un control muy exacto de los animales que se están criando, lo que redunda en estimar en forma muy precisa el momento en que van a poder ser comercializados, así como la cantidad de kilogramos disponibles y una superficie menor (en 1000m2 se podrían criar 10 toneladas/año). Por contrapartida la inversión va a ser mayor y el manejo sanitario muy estricto dado que se aumenta la concentración de animales por metro cuadrado.

Sistema Mixto:
Existe una combinación de los sistemas de cría bajo condiciones controladas y al aire libre la que se denomina Cría Mixta en el cual se realizan en condiciones controladas la fase de reproducción, incubación y primera fase de cría, realizándose luego el engorde a campo.

Destino final:
Una vez que los caracoles alcanzaron el tamaño adecuado, pueden ser utilizados para variados fines: Se pueden: 1) Comercializar en restoranes, supermercados, etc.. Para tal fin deben ser colocados en cajas, preferentemente de madera, con suficiente ventilación y con tapa, para evitar la fuga. 2) Trasladar a frigoríficos o plantas procesadoras, donde se congelarán y podrán ser vendidos en el mercado interno o ser exportados. 3) Ser procesados por la industria conservera para realización de paté y otros enlatados. 4) Utilizar como complemento alimenticio de aves, tales como la codorniz, el ganso, el pato, u otras, que tengan requerimientos importantes de proteínas, abaratando así el costo de las raciones.

Mercado a nivel mundial:
El consumo de caracol aumentó en todo el mundo, ha tenido y está teniendo un incremento muy importante en los países que tradicionalmente lo consumían y se han incorporado otros como USA, en donde no solo se consume una cantidad importante de animales sino que también se está comenzando a producir. En números podemos citar a Francia como un gran consumidor con cerca de 50.000 toneladas/año, España 25.000, Italia con 20.000, Inglaterra 90, USA importa 500. En cifras totales se maneja un movimiento a nivel del mercado mundial de más de 400.000 toneladas, en distintas formas y presentaciones, con precios que oscilan desde U$ 3.- el kilogramo de animales recogidos de la naturaleza, hasta U$ 250.- o más el kilo de huevos de caracol (caviar blanco).

Helicicultura en la región:
A nivel de América del Sur Argentina exporta cerca de 3000 toneladas al mercado español desde hace 8 años, correspondiendo en casi su totalidad a animales capturados en la naturaleza. Se ha legislado sobre el tema en julio del 2002, regularizando así SENASA la cría y posterior elaboración del caracol. En Chile, además de exportar animales, se produce “helicina”, una sustancia de aplicación cosmetológica extraída de la baba del caracol. En Brasil se estaba criando el caracol gigante africano en el estado de Sao Paulo, pero en la actualidad se ha convertido en plaga y se le está combatiendo. Se cría algo de C. aspersa en el sur, volcándose toda la producción al mercado interno, pero sin lograr cubrir la demanda.

Helicicultura en Uruguay:
En nuestro País salvo alguna pequeña cantidad que pasó a engrosar las exportaciones argentinas, no se registraron hasta el 2004 ventas del molusco, constatándose a muy pequeña escala ventas en algunos restaurantes.
Entre el 2002 y el presente año, han aparecido varios emprendimientos, entre ellos: CALESPAY, una sociedad de pequeños criadores en Paysandú, ACCU Asociación de cultivadores de caracoles del Uruguay (tel.2486 0148 después de 20.00 hs;Cel 099 137 847 Pedro Trápani 721 página web http://www.accu-helicicultoresdeluruguay.org , 
ACRICA, Asociación de Criadores de Caracol, ambas agrupaciones de pequeños criadores, en este caso en Montevideo. Surgieron también pequeños emprendimientos en Canelones, Mercedes, Tacuarembó, Treinta y Tres y Maldonado. En el departamento de San José se radicaron los dos establecimientos más grandes dedicados a la helicicultura: Criadero Libertad y Agro-NativoS.A. Mientras que en el norte fue habilitado en mayo de 2005 “La Colorada”.


Los tres emprendimientos utilizaban el sistema de cría al aire libre. El Criadero Libertad se encontraba en la localidad homónima ocupando una superficie de 10 Há con 5 en producción, Agronativo en la localidad de Villa María con de 50 Há y 10 en producción y La Colorada de 3 Há, con 1Há en producción. En la primavera del 2003 ingresaron reproductores a los criaderos de San José y a partir del mes de enero del 2004 se produjeron los primeros nacimientos de caracoles en cautividad. 

Referente a la legislación, recién se creó el marco legal para la cría, por decreto del Poder Ejecutivo el 23 de mayo de 2003*. 

En dicho decreto son definidas las competencias: siendo la Dirección General de Recursos Renovables (RENARE) la encargada del registro y control de los criaderos (Cerrito 318 Montevideo, tel. 29158434). La cual mediante un único pago de alrededor de $ 700.- y el cumplimiento de ciertos requisitos técnicos otorga la habilitación del establecimiento. Actualmente se encuentran en trámite varios establecimientos (algunos en forma cooperativa), todos ellos a cielo abierto, pero con variantes del sistema clásico. Por otro lado La Dirección Nacional de Recursos Acuáticos (DINARA) (tel. 24004689) es la encargada del control sanitario de los productos elaborados. Dicha Dirección se encuentra realizando los acuerdos bilaterales con países de la Comunidad Europea a fin de allanar el camino para posteriores exportaciones del producto. Durante 2003 las únicas opciones de venta real de caracoles que existieron en nuestro País, salvo a algún restaurante, consistieron en las compras realizadas por el Criadero Libertad y Agro-Nativo, para la conformación de su plantel de reproductores. 

Los animales se compraron en alrededor de un dólar el kilo de Helix aspersa adulto, criado o recolectado en el Uruguay. En el 2004 Criadero Libertad exportó a España 500Kg de caracoles vivos a un precio FOB superior a los dos dólares. Entre diciembre de 2004 y febrero de 2005 Libertad y Agronativo exportaron a España alrededor de 5000 Kg de caracoles a un precio CIF promedio de U$ 5,80 el kilo.

Haciendo un análisis de lo acontecido entre 2004 y 2010 podemos constatar que el número de criadores según el sistema cría adoptado, muestra una clara tendencia al decrecimiento de los dedicados a la cría bajo condiciones controladas. Un hecho importante a destacar es que dentro de los criadores que adoptaron dicho sistema se contabilizaron aquellos que poseían pequeñas cantidades de animales recolectados de la naturaleza (2 o 3 Kg) en cajas o jaulas con escasos o nulos conocimientos sobre el tema, carencia de capital para encarar una cría a escala comercial y la creación de falsas expectativas, dado a información desvirtuada, recopilada en su mayor parte de Internet. Las únicas exportaciones surgieron de los criaderos al aire libre. A su vez cabe destacar que tampoco el sistema al aire libre aplicando el método tradicional, promocionado en particular por italianos, es la panacea, ya que el manejo simultaneo de dos entidades biológicas (animal y vegetal) se torna casi imposible. Claro ejemplo de esto es el cierre de los criaderos Agronativo y Libertad.

La actividad en helicicultura estuvo representada por la ACCU, quienes trabajaron desde octubre de 2003 hasta 2016. La Asociación nucleaba alrededor de 50 criadores y 8 criaderos . En 2009 la ACCU comercializó con laboratorios, “baba” de caracol, para uso cosmetológico. En 2010 se remitieron muestras a la Facultad de Química para la determinación de los componentes activos de la misma. 

Los sistemas de cría utilizados por los asociados a ACCU eran en su mayoría, el de cría al aire libre, pero con alimentación a base de ración balanceada y el de cría mixto. Persistió siempre el problema para lograr volúmenes adecuados para procesar. 


Por otro lado, el 22 de abril de 2010 se realizó el lanzamiento oficial de “Helix Aspersa” http://www.helixaspersauy.com/ la primera empresa uruguaya dedicada al procesamiento y comercialización de productos derivados del Caracol del tipo C. aspersa. Mediante el desarrollo de procesos industriales la firma Helix Aspersa Uruguay (Cooperativa integrada por casi 40 asociados) obtuvo pulpa de caracol congelada precocida, dirigida a la alta gastronomía local e internacional. Además de la pulpa, en la planta se extraía y procesa mucina de caracol, producto utilizado en la industria farmacéutica para la elaboración de cremas cosméticas. 
Exportación de caracoles:
En el caso de querer exportar a la Comunidad Europea es conveniente saber que el Código TARIC (nomenclatura arancelaria de la UE) del caracol es: 0307.60.00 – “Caracoles (excepto los de mar) vivos, frescos, enfriados, congelados, desecados o en salmuera”.
Para toda operativa de comercio exterior, el exportador uruguayo debe contar con un agente, indispensable para el trámite de sus gestiones ante la Dirección Nacional de Aduanas (D.N.A.): el Despachante de Aduanas.
Para comenzar el trámite de exportación, el exportador debe estar inscripto en el Registro Único de Contribuyentes (R.U.C.) de la Dirección General Impositiva (D.G.I.), en el Banco de Previsión Social (B.P.S.) y en el Registro de Exportadores del Banco de la República Oriental del Uruguay. Se debe tramitar el Certificado Sanitario en la Dirección Nacional de Recursos Acuáticos (DI.NA.R.A - M.G.A.P.)
En el puerto/aeropuerto se produce:
La inspección física de la mercadería a cargo de la D.N.A., La inspección sanitaria y de calidad a cargo del M.G.A.P., la entrega al despachante de Aduanas de una vía del cumplido de embarque y de los certificados sanitarios y de calidad.
En conclusión, la cría del caracol sería una empresa viable en el Uruguay. Contamos en la naturaleza con Helícidos adaptados a nuestro territorio y a nuestro clima desde hace más de 100 años. No compiten con el hombre ni con otros animales para su alimento, pudiendo la helicicultura representar una explotación de alternativa para realizar combinada con la chacra, consumiendo los vegetales que no son comercializados, ocupando terrenos que no son utilizables para cultivos, o bien ya con inversiones de mayor envergadura, una nueva modalidad de producción no tradicional. También podría representar a aquellos que se decidan por la cría bajo condiciones controladas una fuente accesoria de ingresos, una actividad para desarrollar en pequeñas superficies, galpones, etc. Que comerciando su producción en forma asociativa podría generar en un futuro no muy lejano, una nueva línea de exportación para el País.

*Se adjunta copia del Decreto del 23/05/03
23/05/03 – SE REGLAMENTA LA ACTIVIDAD DE LA HELICICULTURA
VISTO: el actual desarrollo de la helicicultura en nuestro país;
RESULTANDO: que existen en el Uruguay grupos de productores que se dedican a esa actividad zootécnica para la producción de caracol de jardín (Helix sp.y Otala u otros que se demuestren aptos para consumo humano y adaptables a criaderos), con destino al consumo humano, con mentalidad empresarial y apuntando a la exportación,.
CONSIDERANDO: I) la importancia que reviste el desarrollo de la helicicultura como fuente alternativa de la producción agropecuaria; II) la gran demanda exterior de productos relacionados con esa actividad zootécnica; III) la conveniencia de reglamentar los aspectos relacionados con esa actividad, a efectos de que sus productos tengan la necesaria condición higiénico-sanitaria que posibilite su acceso a los mercados internos como externos; IV) asimismo, necesario imputar los cometidos vinculados al contralor de las condiciones sanitarias y de la certificación de origen de los ejemplares vivos que se importen,.
ATENTO: a lo preceptuado por la Ley N° 9.481 de 4 de julio de 1935, Decreto-Ley N° 14.484 de 18 de diciembre de 1975 y el Decreto N° 186/002 de 23 de mayo de 2002,
EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLlCA
DECRETA
Artículo 1º.- La autorización para la instalación de criaderos de caracol de jardín (Helix sp y Otala u otros que se demuestren aptos para consumo humano y adaptables a criaderos), en régimen de cautividad, será cometido de la Dirección General de Recursos Naturales Renovables, en las condiciones establecidas en el Decreto N° 186/002 de 23 de mayo de 2002.- .
Art.2º.- Serán cometidos de la Dirección Nacional de Recursos Acuáticos (DINARA) el contralor sanitario de los productos derivados de la helicicultura, su inspección, manipulación, procesado, envasado, identificación, transporte y certificación, de acuerdo con las disposiciones establecidas en el Capítulo VI, Contralores, del Decreto Nº 149/997 de 7 de mayo de 1997 en lo que corresponda, y con los reglamentos técnicos que al respecto de esta producción dicte la DINARA. -
Art.3°.- El contralor de las condiciones sanitarias de importación de caracoles de tierra vivos (Helix sp. y Otala u otros que se demuestren aptos para consumo humano y adaptables a criadero), así como la documentación y el contenido de la certificación de origen que deberá acompañar su ingreso al territorio nacional, será cometido de la División Sanidad Animal de la Dirección General de Servicios Ganaderos.
Art. 4ª.- Las infracciones que se constaten como consecuencia de la aplicación de las normas sustantivas que este decreto otorga serán sancionadas de conformidad con los dispuesto por el art. 285 de la Ley N° 16.736 de 5 de enero de 1996.-
Art. 5°.- Comuníquese, etc.

Secretaría de Prensa y Difusión
Presidencia de la República